«La gente me conoce como “China” por los ojos rasgados, más que nada. Comunicóloga de profesión, inmersa en el mundo de la Comunicación Política por vocación. Apasionada por mi México, aferrada por ser causa y efecto de su (r)evolución. Tengo la convicción de que una palabra puede decir más que mil imágenes, pues el lenguaje, cuando está dotado de forma, es capaz de cambiar mentes. Pero cuando está dotado de fondo, es capaz de cambiar vidas.»